Distancia que ennegrece el
arcoíris, seca la vertiente del río
y en el lecho frío de las lágrimas se queda a habitar;
Amaneceres inmutables en el transitar endeble de los
espacios
en donde los bellos prefacios se olvidan y el epílogo llega
a reinar…
Hay ausencias que no tienen clemencia y martillan cada
despertar.