viernes, 14 de diciembre de 2012

Un deseo...





Que el camino de la luz algún día nos una…
que permita perdernos en los ojos las curvaturas de los deseos,
que podamos converger las manos en los poros,
potenciar los besos en las espaldas para llevarnos siempre cabalgando,
 fijar en las bocas rosarios de palabras que acaricien
alrededor de las cosas sencillas que brotan desde el alma,
desde el sentimiento que nos une;
Que el camino de la luz ilumine nuestros rostros
 que tu melodía y mi canto se unan para tararear  el vuelo del universo,
de este universo perfecto que nos cobija
en el compendio de espacio que nos entrega para venir a vernos,
a vivir un calendario más, inmersos en estos cuerpos corruptos;
Yo no sé de fatigas, sé que tú tampoco,
porque el sendero del aprendizaje es lento y vertiginoso
y el regreso a la luz que nos creó es, juntos…
No concluye el amor que te profeso
desde el instante que mi luz se completó con tu luz…
pero el viento de la vida y sus instrucciones es esquizofrénico
 en sus partituras
no entrega algo de lo que pueda aferrarme y seguir sin miedo
sin temer a perder el murmullo de tu voz engranada…
Yo amo en ti el tinte rojizo de tus besos madurados
que enarbolan música en la piel de mis instintos cedidos
a tu herencia vehemente,
irregular y carente de subterfugios baratos.
En el hogar que hay en mi corazón habitas, radicas infinito de color armónico…