miércoles, 8 de febrero de 2012

Para que puedas venir...Te regalo el tiempo que camina perezoso por las estaciones de esos andenes sin pasajeros para que lo tomes, lo domes y vengas a compartirlo conmigo a este desierto que se transforma en fértil vergel cada vez que tu sonrisa se detiene a darle cuerda a mis relojes inconclusos, relojes imperfectos que alcanzan su grandeza cuando tu tibieza reposa en mi almohada...

La luna de febrero desde mi ventana.



Después de este tiempo, al final del día mi elección sigue siendo que la luz de tu sonrisa alumbre mi camino. Tú eres mi luz. Mi guía.

Atardecer en mi balcón.

Amo el  lugar a donde me llevas cada vez que tu mirada pinta en mi alma, con colores brillantes, instantes  y emociones dulces...