Para que puedas venir...Te regalo el tiempo que camina perezoso por las estaciones de esos andenes sin pasajeros para que lo tomes, lo domes y vengas a compartirlo conmigo a este desierto que se transforma en fértil vergel cada vez que tu sonrisa se detiene a darle cuerda a mis relojes inconclusos, relojes imperfectos que alcanzan su grandeza cuando tu tibieza reposa en mi almohada...
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