Dibujo cometas para enviarte los cantos que salen de mi pluma. Los dibujo de colores para que los distingas entre las otras entonaciones, para que sus melodías sean únicas para tus fantasías. Cometas hechizantes deposito en tus manos, corceles de combustión centelleante, y en ellas exploro el cosmos de tu piel canela que lleva sin reparo a seguir dibujando mas estrellas para mi quimera que es perderme embriagada en éxtasis en la riada de tu mirada de miel forjada. Y fue tu voz. Singular copla de género alentador que dejó en mis peldaños un sueño gigante de sólido cimiento en el que dibujo esperanzadores trinos que envío y libero en la espiral de tus pasos Así amor el camino para ti será más suave escuchando el armoniosos dibujo de mis letras.
Mío aunque la distancia y el tiempo enumeren argumentos para separarnos y prefieran articular pronósticos, con prólogos proyectando borrascosos instantes, yo elijo, esconderme en este discurrir obstinado, en que, el saberte mío y yo tuya, es purificar el estado corrompido en que, la distancia y el tiempo se encuentran. Distancia y tiempo nauseabundos dueños de mi vaso con brebajes de ausencia. Tu ausencia que es mía y mi ausencia que es tuya, dominan nuestras aldeas separándolas… Quiero un remolque que pueda alterarlos y sacarlos de nuestros caminos, que los hacen tan pedregosos, para que tu hemisferio tibio de aires nortinos venga a plegar sus alas en mi sur con tejado nativo y meloso que te espera, hombre mío que transita otra heredad…
Me ahoga la ausencia que hay de ti en esta habitación que se hace tan fría sin tu compañía estival de inducción fresca. Se me disloca el tiempo sin tu mirar. Parafraseo versos sin sentido. Manejo delirantes ataques de fuga hasta tu claridad Pero las lágrimas que habitan en mis ojos no me dejan ver el camino hacia tus manantiales de luz. Divide mi razonamiento la desaparición del ánfora repleta de besos y abrazos que me brindabas. Mi alma que te espera y mi cuerpo que pulula sin sentido son dos ahora. No el uno que parecía eterno perdido en la luz de tus ojos, o en el mar próspero de tu voz. La humanidad mundana gana una vez más. A esta historia también la deja sin un final feliz.